naranja-lima

Me encontraba caminando de regreso del aeropuerto, sin prisa, a paso muy lento, ya que no había nada que me preocupara o apresurara, simplemente caminaba, ni siquiera tenía nada en la mente; me limitaba a ver los rostros de las viajeros preocupados que corrían apresurados para no perder su vuelo. Seguí así, mirando las señales e indicaciones del camino que me llevaría a casa.

Al llegar a la taquilla del metro introduje mi ticket y crucé del otro lado, listo para abordar, de pronto un pobre hombre llamó mi atención, ya que preguntaba preocupado a los oficiales como podía hacer para poder cruzar la taquilla electrónica del metro hacia el aeropuerto; los oficiales solo le dijeron que tenía que pagar 1 euro para poder pasar. El pobre hombre les replicó que ya no tenía nada en su bolsa, que había llegado hasta ahí y que tenía que viajar, pero no tenía nada más de dinero. Los oficiales una vez más le dijeron que tenía que pagar y que si no traía dinero, que lo pidiera. El pobre hombre con su acento argentino pronunció algunas palabras que no recuerdo ahora- ya que se nublaron en mi mente cuando pensé -"A mí que ni me pida por que yo ni traigo!"- y seguí caminando y lo dejé atrás con sus problemas, que creo yo, no eran tan grandes, estoy seguro que alguien lo ayudó- yo no, pero alguna buena persona lo habrá hecho.

Bajé la escalera eléctrica, mirando a la demás gente esperando la llegada del mencionado transporte. Tuve que apresurar el paso para no perderlo y quedarme a esperar más tiempo, así que lo abordé y decidí quedarme de pie junta a la puerta, ya que luego hay mucha gente mayor de pie y pensé en cederles mi lugar. Ahí me quedé parado, mirando a los demás, después me dispuse a escuchar música ya que aún quedaba un largo camino por recorrer.

Así pasaron unas 6 estaciones, yo inmerso en mi mundo con mi música, observando a la gente y de pronto cantando como si no existiera nadie y al abrir los ojos, de vuelta a la realidad para tratar de no incomodar a los demás pasajeros. Nos detuvimos en una estación, como cualquier otra, de pronto entra alguien y se pone frente a mi, ni siquiera miré al sujeto, solo se quedó parado inerte frente a mi.

Pasaron unos segundos y miré al sujeto, lo tenía frente a mi, también de pie, qué más podía hacer, si no observarlo. Me percaté que era una chica, toda de negro: botas, mallas, abrigo, cabello. Era imposible verle su pálido rostro, ya que desde el momento en que abordó el vagón de metro, dejó sus cosas en el suelo junto a ella, y empezó a buscar algo dentro de su bolso.

Lo que me desconcertó, fue que estuvimos parados en esa estación por varios minutos, algo que ya no era normal. Mientras me preguntaba: "¿Qué pedo por qué no avanzamos?", no podía dejar de mirar a la joven que tenía frente a mí, también era la curiosidad de ver que aún no encontraba lo que ella tanto buscaba en su bolso. Entre tarjetas, dinero, papeles, un ticket de ZARA y algunas otras cosas más, también sentí curiosidad por saber que era lo que buscaba y también como era su rostro, porque aún no era posible para mi mirarla, ya que se encontraba casi sumergida en su bolso. Confieso que verla tanto tiempo buscar eso que buscaba, me empezó a causar gracia y en algunas ocasiones se me escapó alguna risa que traté de aminorar haciendo como que cantaba la música que escuchaba.


Por fin empezamos a avanzar, ya no supe sin ese mismo momento la chica encontró lo que buscaba o simplemente se rindió, pero de pronto detuvo su búsqueda y miró hacia el frente y se encontró con mi mirada puesta en ella, no sabría decir cuantas milésimas de segundo nos miramos, pero para mi fue suficiente como para enamorarme todo ese día. Ambos miramos a diferentes sitios, yo seguí con mi música y mirando todo alrededor, ella se quitó su abrigo y entonces me di cuenta que vestía un uniforme como de preparatoria, polo de color azul con cuello blanco y falda a cuadros
yo: ".......speechless" ,
después sacó un libro de un bolso que había puesto en el piso junto a sus pies.

Naranja lima, era la que recuerdo que decía la portada, el viaje no duraría mucho, durante el trayecto seguíamos uno frente al otro, menos de 30 cm de distancia, ella fija en su lectura y yo perdido en la melodía de porter y repitiendo las letras de manos de topo.

Después de 5 minutos que duró viaje desde que la vi hasta llegar al mismo destino, donde tendríamos que cambiar de línea de metro, dejé que la multitud de pasajeros entrara y saliera y me quedé un poco atrás. Vi que la chica del libro iba unos cuantos metros y unas 20 personas frente a mí. De pronto miró hacía atrás y de nueva cuenta cruzamos miradas. por igual o menor cantidad de microsegundos, seguí caminando hacia la línea que debía tomar. Alcancé a la chica en las escaleras, ella iba por las eléctricas, hice como que no la miré y bajé por las escaleras normales, que también estaban más despejadas, al parecer bajé antes que ella y seguí caminando en busca de la línea 10, caminé unos cuantos metros y miré hacia atrás y la ví de nuevo, venía unos cuantos metros atrás de mí, caminó hacia la línea 10, pero después se regresó a tomar la línea 6 y se perdió entre la multitud.

No, no la seguí, seguí caminando hacia la línea 10 y me fui escuchando música y pensando, en su rostro y su atuendo y su libro,
-¿Cómo puedo hacer para encontrarla?
No creo olvidar su rostro ni su estilo, así que algún día nos encontraremos, qué tan difícil puede ser encontrarla, en una ciudad con poco más de 3millones de habitantes.

Leeré el libro, para que cuando nos volvamos a encontrar tengamos algo en común de qué hablar por horas y.... horas.

Puede ser,..... no?




soundtrack:

http://www.youtube.com/watch?v=gH476CxJxfg